Como jóvenes evangélicos y evangélicas, miembros del movimiento ecuménico, y articuladores de iniciativas evangélicas, nos pronunciamos en solidaridad para con las y los que sufren: La causa del huérfano, la viuda y el pobre. Al mismo tiempo reconocemos que muchas veces, nuestros hermanos y hermanas de las iglesias evangélicas se han encerrado en agendas confesionales dejando de lado la misión de Jesús en la construcción del Reino de Dios.
De igual modo, creemos que la Iglesia de Cristo, expresada en sus diversas instituciones, debe pedir perdón, y reconocer que muchas de las iglesias evangélicas en el Perú han asumido una posición de apoyo incondicional al Estado de Israel. Sin considerar los Derechos Humanos, y basándose en un discurso fundamentalista. Muchos y muchas han guardado silencio ante la violencia abusiva y desproporcionada ocurrida en el medio oriente.
Consideramos que la idea de “Israel, como el reloj de Dios” corresponde a una teología propia del pentateuco y del primer testamento, pero que no encuentra asidero en los evangelios que sustentan la fe cristiana.
Reconocemos a la nación hebrea el especial aporte que ha tenido durante siglos al proyecto del Reino de Dios, por lo que les amamos y les tenemos especial consideración; asimismo reconocemos que ha sufrido el abuso del poder y la discriminación expresada sobretodo en el holocausto, hecho que nos enseñó que ningún Estado tiene el derecho de someter a otra nación, bajo ninguna circunstancia. Por ello les pedimos que cesen las hostilidades contra el pueblo palestino, expresen la firme voluntad política de convivir en paz con sus vecinos, y se pongan a cuenta con la justicia internacional por los crímenes de lesa humanidad que se han cometido, y se siguen cometiendo. Isaías 52:7
Lamentamos profundamente las víctimas del último bombardeo sobre la franja de Gaza, oramos por los civiles inocentes, mujeres, niños, niñas, adolescentes, jóvenes y ancianos fallecidos por los ataques de los militares israelís. No creemos que el Dios de Jesús desee eso para ningún pueblo. Jeremías 29:11
Reconocemos la función profética de denunciar los abusos de los poderosos hacia los más débiles, y el anuncio de la esperanza hacia las poblaciones empobrecidas de la Tierra, tal como lo aprendimos de nuestro Maestro, el Señor Jesús, y exhortamos en particular a la juventud evangélica – protestante, que sea instrumento de la paz de Dios, que seamos pacificadores, y no defensores de políticas de guerra, ni animadores de la violencia hacia ningún grupo humano. Mateo 5:9
Por eso, como jóvenes evangélicas y evangélicos conectados con el mundo, y en solidaridad con los civiles fallecidos en la franja de Gaza:
Pedimos:
A la Iglesia: En el amor del Señor, a las Iglesias Evangélicas que forman parte del CONEP y de UNICEP que puedan orar por el pueblo de Palestina, para que Dios les bendiga dándoles justicia, respondiendo sus reclamos, y trayéndoles la paz; y por Israel, para que actúen de acuerdo a derecho, como es digno del Pueblo de Dios, y amen a sus próximos como a ellos mismos, que es la REGLA DE ORO. Mateo 22:39
A las denominaciones evangélicas – protestantes: Así como se han pronunciado con relación a otros asuntos, en esta ocasión levanten su voz y se pronuncien por un cese al fuego y un final definitivo de las hostilidades armadas de parte de Israel; les pedimos que hagan un llamado a la paz. ¡No queremos más guerras! Salmos 34:14
A las Iglesias cristianas (Católicas, Protestantes y Ortodoxas), a la Conferencia Episcopal Peruana (CEP), Unión Nacional de Iglesias Cristianas Evangélicas en el Perú (UNICEP), Concilio Nacional Evangélico del Perú (CONEP), Iglesia Ortodoxa Griega: les pedimos que se unan para orar por la paz en oriente próximo, y la resolución pacífica de los conflictos entre Palestina e Israel. Samos 122:6
Al Ministerio de Relaciones Exteriores: Le pedimos, como Mesa Evangélica Juvenil, y miembros de una cultura global, fraternos con la justicia social, el respeto y cumplimiento de los Derechos Humanos, que sostengan una posición de apoyo al joven Estado de Palestina ante el Consejo de las Naciones Unidas, porque creemos que esto es justo delante de Dios, y acorde con las leyes internacionales que el gobierno de Israel viene incumpliendo sistemáticamente, y por lo que debe ser sancionado.
Finalmente a todas las personas de buena voluntad (creyentes o no creyentes), que buscan la Paz, la Justicia y el Derecho, les deseamos que Dios prospere sus propósitos, y El Dios de la Vida les conduzca a la Justicia y la Paz.
Bienaventurados los que procuran la paz, pues ellos serán llamados hijos de Dios.